[Fuente imagen: http://www.zibilia.com] Sin llegar a tener la potencia acústica de Sandra Vázquez ni la fina precisión de Natacha Seara, Ximena Monzón (Buenos Aires, 1979) tiene a favor su frescura, y una voz suave y precisa para abordar el blues del Delta y, fundamentalmente, la urgencia sonora de Chicago.
Como vemos, el género blusero tiene demasiada predominancia histórica sobre el instrumento y, a causa del instrumento. Y Monzón se mueve religiosamente dentro de las reglas de ese mundo de tónica/subdominante/dominante; dentro de los fraseos esperables, dentro del sonido urbano de la amplificación.
Esta armonicista, llegó a su proyecto luego de consolidarse en el trayecto de dos bandas muy emparentadas con el género: Las Hoochie Coochie Girls y Queen Bees Blues Band.
[Fuente imagen: http://www.seydel.com.ar] En su reciente disco My harp my soul (2016) Monzón pone al frente su voz y la armónica, y se pasea por compositores afroamericanos nacidos entre 1900 y 1930 (a excepción del primer track, compuesto por el bajista de su banda) Fechamos ese dato para darnos una idea aproximada de la matriz musical de la que bebe. Se sostiene en el uso de bloqueo de lengua, con sus octavados, algún fluttering, sin descuidar el trino, atendiendo a la presencia de la octava alta, produciendo exquisitos trémolos: se nota cómo ha absorbido lo mejor de la escuela de Chicago, vía Adrián Jiménez, con quien tomo clases en sus inicios.
Cuando se la escucha en algunos videos improvisando, a veces parece perder la idea musical. Más allá de eso, claramente en Monzón prevalece una función lúdica con el instrumento: se divierte, la pasa bien arriba del escenario. La música como manifestación de la alegría.
[Fuente imagen: http://www.bear-family.com] Aquí adjuntamos un resumen de los 10 temas que aparecen en su disco solista.
Y aquí, el track 1 completo, el video promocional del disco
Teoría, práctica y reflexiones sobre la armónica diatónica por Omar Crespo 